Chelonia Casa de Mar - Navegando en las frías aguas de la Cascada del Vino
¿Cuántas veces no se ha evocado al vino como un excelente acompañante para una charla o para relajarse? Pues bien, la Cascada del Vino no es precisamente un agua que tiene sabor a esta bebida, o de la que se saca la misma, pero sí que puede regalarte un espacio para el disfrute, el buen compartir y la tranquilidad junto a tus seres queridos, incluso mejor que si lo hicieras con una botella de verdad.
Su nombre, como
se mencionó al principio, no hace alusión a que sus aguas sepan a bebidas
alcohólicas, sino más bien al color de esta que se torna oscuro, pero que nada
tiene que ver con algún tipo de suciedad, sino que por naturaleza es así, precisamente
por la presencia de la antocianina, una sustancia que emana los árboles
que se encuentran en la zona.
Ubicada en el
estado Lara, tiene una caída de 90
metros de altura y está a unos 1600 metros sobre el nivel del mar;
se encuentra dentro del Parque Nacional Dinira, a unos 40 minutos de Barbacoas,
vía Hato Arriba (Humocaro Bajo).
Sobre la
experiencia de sumergirse en estas aguas de un color peculiar, Díaz dice que
“cuenta totalmente como tarea extrema solamente apta para personas valientes,
resteadas y con guáramo, porque con temperaturas que van entre los 15 a 20 grados Celsius, el agua es increíblemente
fría. La sensación es realmente intensa, pero se disfruta
muchísimo”.
A la Cascada
del Vino se puede llegar por la vía de Carora, luego el desvío en Sabaneta hacia Agua
Viva y después de San Pedro a Barbacoas;
también por la carretera Panamericana, pasando por el Poblado de San Pedro, La
Pastora y Jabón hasta llegar al pueblo de Barbacoas.
Cuando se llega
al lugar se puede encontrar un área de estacionamiento, senderos enmarcados en
piedras e incluso sitios para hacer picnic o acampar.
Si hay un lugar que puede recomendarte Chelonia Casa de Mar para pasar un momento agradable y en familia es, sin duda, la Cascada del Vino.